En multitud de ocasiones he oído decir que los perros no reconocen a sus padres o a sus hermanos incluso e oído decir que el pensar que sí los reconocen es caer en el antropomorfismo, nada mas lejos de la realidad.
Desde el punto de vista Biológico y Etológico
los perros si reconocen a sus parientes al igual que el resto de especies.
Todo comienza con la teoría de selección por parentesco de Hamilton postulada como alternativa consistente a la selección de grupo. Se parte de la base de que todas las formas de reproducción implican la reproducción de genes.
Ya que existen diversos tipos de relaciones de parentesco y para cada una de ellas se podría calcular la posibilidad de compartir genes idénticos, Hamilton denominó
grado de parentesco o r a la probabilidad de que un gen de un individuo tenga una copia exacta en otro individuo emparentado en líneas ascendiente‑descendiente o no.
En la tabla 1 se muestran distintos valores de grado de parentesco (r) en línea descendiente y otros
parentescos en ausencia de endogamia.
Tabla 1.–Distintos valores de r según el parentesco en ausencia de endogamia.
r Descendiente Otro parentesco
0,5 Hijos Hermanos completos
0,25 Nietos Medio hermanos, sobrinos
0,125 Bisnietos Primos
Este mecanismo evolutivo de la selección por parentesco, nos permite realizar las siguientes predicciones:
1. El altruismo es más común entre individuos emparentados.
2. El altruismo es más común en especies con bajos índices de dispersión
de los individuos desde el grupo de nacimiento.
3. Las especies que presentan comportamientos altruistas son capaces
de discriminar con más precisión el grado de parentesco. (Este punto es el que nos interesa)
Todas estas predicciones ya han sido confirmadas por observaciones de campo y quizá la que plantea más complicación es como se puede discernir entre parientes y no parientes y dentro de los primeros el grado de parentesco.
A partir de la aparición del trabajo de Hamilton se ha producido un rápido crecimiento de las evidencias de que los individuos efectivamente reconocen a los parientes, e incluso pueden distinguir perfectamente entre parientes próximos y distantes (ver Fletcher y Michener, 1987; y Hepper, 1991 para una revisión).
Se han descrito al menos cuatro formas diferentes en que los individuos pueden reconocer el parentesco:
1.
Existencia de alelos de reconocimiento: esta posibilidad fuepropuesta por Hamilton (1964) y acuñada por Richard Dawkins con el simpático nombre de «efecto de la barba verde». La idea consiste en que puede haber «alelos de reconocimiento» que expresan sus efectos fenotípicamente para permitir a sus portadores reconocer esos alelos en otros, y también provocar que los portadores se comporten de manera altruista frente a otros con el efecto fenotípico presente. Por ejemplo si un gen confiere a su propietario una barba verde y una tendencia a ser amable con otros que tengan la barba verde, este hecho debería ser favorecido por la evolución. Esto proporcionaría un mecanismo de reconocimiento de parentesco sin aprendizaje.
2.
Reconocimiento por simple proximidad: de forma sencilla, consistiría en tratar como pariente a cualquiera que esté dentro del habitáculo hogar (nido, madriguera, etc.). En otras palabras, recién nacidos dentro de un recinto equivalen a parientes. Un sistema de reconocimiento tan simple tiene el inconveniente de que algún individuo (de la misma especie o incluso de otra) pueda colocar un extraño en un nido ajeno cuyo propietario lo acepte como pariente y así existen numerosos ejemplos de parasitismo de incubación y cría. Uno de los más conocidos corresponde al cuco (Cuculus canorus) que deposita sus huevos en nidos de diferentes especies de paseriformes, que actúan como padres adoptivos del recién nacido, considerándolo como un hijo propio.
3.
Reconocimiento a través de la primera experiencia: aprender que aquello con lo que creces es un pariente (compañeros de camada o de nido se identifican corno parientes). El reconocimiento de parientes a través de la primera experiencia se puede producir por dos tipos de mecanismos:
a) Fenómeno del «imprinting» o impronta descrito por Konrad Lorenz en jóvenes de ganso. Se trata de un mecanismo innato de fijación y reconocimiento, consistente en seguir el primer ser que se mueve, visto después de la eclosión o nacimiento. Este ser normalmente será la madre.
b) Aprendizaje por interacción social. Los individuos aprenden quienes son sus parientes a través de su asociación a temprana edad. La existencia de este mecanismo se puso de manifiesto en el trabajo de Holmes y Sherman (1982) sobre la ardilla terrestre de Belding (Spermophilus beldingi). En él se puso en evidencia que las interacciones agresivas eran mucho más frecuentes entre individuos que no se han criado juntos ya fuesen o no hermanos, que entre individuos criados juntos . Esto implicaba un reconocimiento a través de un aprendizaje por asociación a edad temprana.
4.
Reconocimiento por comparación de fenotipos. Individuos que se parecen a uno mismo equivalen a parientes.
Llegados a este punto y una vez comentados los distintos tipos de mecanismos de reconocimiento de parentesco descritos, conviene señalar que estos, si bien en algunos casos pueden operar por separado, también lo pueden hacer de forma conjunta, no siendo necesariamente mutuamente excluyentes.
BIBLIOGRAFIA.
ETOLOGÍA, introducción a la ciencia del comportamiento.
Juan Carranza Universidad de Extremadura.