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lunes, 7 de septiembre de 2009

PARA EDUCAR HAY QUE ESTIMULAR






La base de una buena educación depende en gran medida de que seamos capaces de estimular de forma adecuada a nuestro amigo.


Los perros al igual que las personas se mueven por estímulos.


Estos estímulos están vinculados directamente a la relación costes-beneficios, es decir, si alcanzar un objetivo deseable (estimulo positivo) va a requerir un esfuerzo tan grande que no compensa la recompensa final no merece la pena molestarse en realizar el esfuerzo por conseguirlo.


Podemos poner como ejemplo el caballo de batalla mas frecuentas entre las personas que por primera vez comparten su vida con un perro, que además en la mayoría de las ocasiones se trata de un cachorro. Muy frecuentemente me explican con disgusto que su cachorro atiende perfectamente a la llamada en casa o cuando no hay distracciones fuertes en el entorno, premiándolo tras acudir a la llamada con un trozo de comida. Pero la situación es bien diferente cuando la llamada se produce en el parque y el cachorro juega con otros, entonces lo llaman y lógicamente no acude. ¿Por que sucede esto? Cuando llamamos a nuestro cachorro él acude raudo pues a aprendido a asociar la llamada con algo positivo, el premio que en este caso actúa como refuerzo. El premio es lo que lo MOTIVA a acudir a la llamada. Le cuesta muy poco esfuerzo levantarse del sofá en comparación con el beneficio que va a obtener al acudir a la llamada, en este caso ganan los beneficios y pierden los costes.

En el caso del parque la cosa cambia, esta pasándoselo estupendamente con sus compañeros de juego, además tengamos en cuenta el tiempo que pasa el perro al día en casa y el tiempo que pasa en el parque, evidentemente el tiempo del parque es un recurso escaso del que hay que sacar el mayor rendimiento posible en un breve espacio de tiempo, por lo tanto cuando felices y esperanzados llamamos a nuestro cachorro para poner en práctica la llamada que tan buenos resultados nos proporciona en casa descubrimos estupefactos que en el parque nuestro fiel amigo no parece recordar ni su nombre ni nuestra existencia.

En este momento la MOTIVACION (trozo de comida) no es lo suficientemente convincente, la comida esta bien pero esta mejor jugar con los colegas. Los costes(dejar de jugar) de acudir a llamada son superiores a los beneficios (comida) que se obtienen.


¿Que hacer?


1.En primer lugar no llamarlo mil veces, ni siquiera una si sabes que no va a acudir a la llamada, de lo contrario el perro aprenderá, claro que aprenderá pero lo que aprende es que puede desobedecer.


2.JAMAS castigar (gritos, golpes etc...) a un perro por no acudir a la llamada


3.Orden dada orden cumplida, si finalmente lo llamas y no acude dirígete hacia él, cógelo, vuelve al punto en el que diste la orden de llamada dile "muy bien" y prémialo, déjalo marchar a jugar nuevamente.


4.Muchas personas sólo llaman al perro a la hora de marchar para casa, el perro asociará en este caso la llamada con algo negativo y siempre debemos asociar la llamada con algo positivo en los estadios primarios de la educación. NUNCA llamarlo para ponerle la correa y marchar, en este caso nos acercaremos a él y simplemente lo cogeremos. Con el tiempo y cuando el aprendizaje se haya consolidado podremos llamarlo con este fin.


5.La llamada siempre debe de producirse de la misma forma: Captar Atención del Perro (gritar su nombre, dar palmadas, hacer algún ruido) y luego el Ven, pero sobre todo debemos asegurarnos antes de pronunciar Ven que hemos captado su atención. Si aún habiendo captado su atención y si estamos seguros que sabía lo que le pedíamos y no lo ha realizado actuar como se explica en el punto 3.



En definitiva para todos los aspectos en los que tengamos que educar a nuestro amigo  en la vida debemos de tener muy en cuenta lo que le motiva a nuestro perro.


-Las motivaciones varían mucho de un perro a otro, he trabajado con perros que rechazaban la comida cuando trataba de premiarlos.


-Las motivaciones varían a lo largo de la vida del perro al igual que nos sucede a las personas, lo que motiva a un cachorro puede no motivar a un adolescente a un adulto o a un perro geriátrico


-Debemos de observar detenidamente a nuestro perro, dedicar tiempo a conocerlo, saber lo que le gusta y lo que no, será mas fácil encontrar una fuerte motivación.


-Las motivaciones también se aprenden, me explico, si pasamos totalmente de nuestro perro, si no lo conocemos y le dedicamos poco tiempo sera mas difícil que podamos motivarlo, si nos acostumbramos a jugar con él a la pelota, al tira y afloja etc... y le "convencemos" de que es un juego muy divertido podemos enseñarle lo divertidos que somos. Enseñemosle lo mucho que se puede divertir jugando con nosotros, seremos su MOTIVACION. Imaginaros un niño que nunca ha ido a una piscina, evidentemente no podemos usarla como refuerzo positivo, las primeras veces puede que no le guste pero podemos hacer que con el tiempo le guste incluso que le encante, entonces ya podemos pasar a usar la piscina como refuerzo positivo (si lo comes todo iremos a la piscina)


Si hablas con tu perro el aprenderá a escucharte, si escuchas a tu perro lo entenderás.



martes, 8 de julio de 2008

Principios basicos en la educación del perro

Me gustaría que leyerais atentamente estos principios aplicados al perro.
Una vez leído deberías leer el bloque siguiente.

a) ¿Por qué es necesario poner LÍMITES y establecer REGLAS?

· Es fundamental establecer reglas para fortalecer conductas
· Los límites deben basarse en las necesidades de los perros.
· Lo que se LIMITA es la CONDUCTA, no los sentimientos que la acompañan. A un perro se le puede solicitar que no haga alguna cosa, pero nunca se le puede pedir que no sienta algo o impedirle una emoción o sentimiento.
· Los LÍMITES deben fijarse de manera que no afecten el respeto y la autoestima del perro. Se trata de poner límites sin que el perro se sienta humillado, ridiculizado o ignorado.
· Señale la situación problemática empleando pocas palabras.

· Sea firme, pero tranquilo.


b) ¿Qué podemos hacer?
· Dedique el tiempo suficiente... Si uno está mal para enfrentar el día, si no se lleva bien con otros miembros, si se siente presionado o si tiene temor por el día que se avecina, los perros sentirán esta tensión.
· Cuando no se respetan los LÍMITES, debe traer consecuencias. Las cuales deben ser proporcionales, directas y, en la medida de lo posible inmediatas a la situación que las provoca. Las consecuencias deben ser adecuadas a la situación. Esto es, que guarden una relación natural o lógica con la conducta en cuestión.

· Es más fácil establecer DISCIPLINA cuando la persona responsable de los perros realmente se siente satisfecha de estar a cargo del perro, cuando disfruta al compartir con ellos y cuando es capaz de respetar la necesidad de seguridad de ellos. La disciplina da buenos resultados cuando los adultos son firmes, observadores y afectuosos, nunca si estos se muestran superficiales. La disciplina debe ser firme pero nunca grosera, respetuosa y no hiriente, o sea debe controlar pero nunca lastimar al perro.
· NO queremos que los perros crean que porque deseamos ser sus amigos, ellos podrán hacer lo que deseen. No queremos tampoco que nos tengan miedo.
· La DISCIPLINA depende en gran parte de las habilidades y de las conductas de los adultos, como también de la capacidad para combinar el afecto y el control. Esto es difícil, pues exige mucho de nosotros mismos. La buena disciplina no es solamente castigar o lograr que las reglas se cumplan, implica también que nos gusten los perros y que ellos se sientan aceptados y queridos por nosotros. El proveerles de reglas claras y apropiadas es sólo para su protección.
· Nuestra conducta y actitudes afectan la conducta de nuestros perros. Es posible que los perros se sientan bien, pero empiezan a portarse mal si se les dirige masivamente, o se les grita, en lugar de tratarlos como seres vivos.
· La DISCIPLINA no es sólo una palabra, una técnica o un conjunto de reglas. Se requiere combinar el afecto con el control; además el planear y el organizar muy bien el espacio, como también distribuir el tiempo disponible. El manejo de los perros debe ser gentil pero con autoridad, ofreciéndoles siempre dirección y conductas apropiadas . Los perros necesitan personas que tengan autocontrol y en quienes ellos puedan confiar.
· Además, debemos recordar que el tono de voz, el uso de las manos, los gestos y las acciones pueden contribuir a controlar problemas.


c) Poner límites claros y adecuados a la capacidad del perro:
El grado de autocontrol que tienen los perros depende, en gran medida, de la actitud de los dueños. El autocontrol como la tolerancia al dolor se educa. Con la capacidad para tolerar frustraciones y para auto controlar las expresiones de agrado o desagrado sucede lo mismo. Un perro puede haber aprendido que cuando su dueño dice que no, esa decisión es inamovible, pero también puede saber que se le permitirá , protestar para mostrar frustración sin que nadie le pare los pies. El grado de autocontrol y de tolerancia a la frustración está muy relacionado con la capacidad de la familia para hacer respetar su autoridad.

d) Principios básicos para educar bien:
1. Nosotros somos los educadores
2. Educar bien es enseñar a: conocer las propias posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.
3. Educar bien es enseñar a adaptarse a todas las situaciones: buenas o malas.
4. Educar no es proporcionar experiencias buenas y aislarle de las malas. Es ayudarle a aprender de ellas.
5. Para educar bien no existen recetas, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza.
6. Educar es una toma de decisiones constante.
7. Nuestras decisiones están muy influidas por cómo hemos sido educados.
8. Ser conscientes de ello ayuda a educar más sensatamente.
11. Debo educar en el presente con perspectiva de futuro.
12. Una mala actuación ahora se paga con creces en el futuro.
13. No debo angustiarme. Si no puedo, busco ayuda.
14. Para educar bien es necesario tener sentido común.
15. Muchas veces necesitamos una visión objetiva desde fuera.
16. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.
18. Nada es lo mismo para un perro que para otro.
19. Educar bien no es buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada perro lo que necesita. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los perros a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
20. Educando voy a cometer errores.
21. No hay error que no se enmiende.
22. Puedo rectificar sin perder la autoridad.
23. No importa lo que sucedió en el pasado, si hay problemas hay que “tomar la situación de inmediato”.
25. Un perro es una antena parabólica constante. Se entera de todo, lo imita todo. El perro aprende más de lo que ve, que de lo que decimos.
26. El mayor deseo del perro es controlar el entorno.
27. En el entorno también estamos nosotros. Controlar nuestras reacciones le fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él o ella.
28. El perro necesita libertad conducida.
29. Si nosotros no ponemos límites a su conducta, lo hará él.
30. Nunca debo mentirle. (engañarle)
31. Si le miento lo haré un inmaduro (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) y un inseguro (si no puedo confiar en mis dueños ¿en quién puedo confiar?
33. A veces los perros necesitan un “Porque yo lo digo”.
34. Levantar castigos o encubrir los errores sólo es sobreprotección. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. Formamos inmaduros incapaces de enfrentarse a la frustración.
35. El mayor deseo de un perro es que sus dueños estén pendientes de él.
36. La atención que le prestamos es nuestra mejor arma. Quién sabe cómo y cuándo prestar atención a su perro sabe educar.
Todos estos principios se pueden resumir en el siguiente pensamiento:
· Sé que puedes.
· Por eso te enseño y te exijo.
· Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.

e) ¿Cómo aumentar las conductas positivas y eliminar las negativas?
· Tenga en cuenta que igual que usted como puede modificar la conducta de tus animales, éstos modifican de forma intuitiva tu propia conducta.
· Las normas deben ser claras, esta bien definidas, y se adecuadas para cada perro según la edad.
· No pida cosas que el perro no puede hacer.
· Cuando exija al perro, no actúe de forma contradictoria.
· Sea coherente en la aplicación de las normas.
· Evite centrar la autoridad en un solo dueño.
· No delegar la autoridad en otro.
· No se desautorice nunca.
· No modifique los castigos (consecuencias) una vez anunciadas.
· No castigue con algo que no pueda cumplir.
· Acostumbrarlo a pedir permiso.
· Cuando tengas que poner un castigo: no te alteres, por nada del mundo.


f) Finalmente recuerde:
Los adultos que conviven con el perro tienen que estar de acuerdo acerca de los límites que debe tener: qué se le permite y qué se le prohibe. Hay que ser cuidadoso con el castigo, porque si éste no se lleva a cabo adecuadamente, el perro no aprenderá lo que es bueno y malo, no fortalecerá su moral. Tal vez deje de hacer lo que se le censura por temor, pero no por convicción. Lo importante es que el adulto ejerza su autoridad de manera que le dé la oportunidad al perro de aprender algo de la experiencia. Ante un berrinche, por ejemplo, se lo puede ignorar, excluir del grupo hasta que se calme. Aprenderá a tener más cuidado la próxima vez.


“Educar a un perro es como sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto”.


Ahora me gustaría que leyerais el texto original

a) ¿Por qué es necesario poner LÍMITES y establecer REGLAS?
· Los niños necesitan ser guiados por los adultos para que aprendan cómo
realizar lo que desean de la manera más adecuada.
· Es fundamental establecer reglas para
fortalecer conductas y lograr su crecimiento personal.
· Los límites deben basarse en las necesidades de los niños.
· Lo que se LIMITA es la CONDUCTA, no los sentimientos que la acompañan. A un niño se le puede
solicitar que no haga alguna cosa, pero nunca se le puede pedir que no sienta algo o impedirle una emoción o sentimiento.
· Los LÍMITES deben fijarse de
manera que no afecten el respeto y la autoestima del niño. Se trata de poner límites sin que el niño se sienta humillado, ridiculizado o ignorado.
· Señale la
situación problemática empleando pocas palabras. Los sermones son poco efectivos y alteran a las personas.
· Evite calificar al niño, solamente señale el problema.
· Sea firme, pero tranquilo.
b) ¿Qué podemos hacer?
· Dedique el
tiempo suficiente... Si uno está mal para enfrentar el día, si no se lleva bien con otros miembros, si se siente presionado o si tiene temor por el día que se avecina, los niños sentirán esta tensión.
· Cuando no se respetan los LÍMITES, debe traer consecuencias. Las cuales deben ser proporcionales, directas y, en la
medida de lo posible inmediatas a la situación que las provoca. Las consecuencias deben ser adecuadas a la situación. Esto es, que guarden una relación natural o lógica con la conducta en cuestión.
· Las REGLAS deben establecerse de común
acuerdo entre padres e hijos, deben ser el producto de la discusión y el entendimiento.
· Es más fácil establecer DISCIPLINA
cuando la persona responsable de los niños realmente se siente satisfecha de estar a cargo del niño, cuando disfruta al compartir con ellos y cuando es capaz de respetar la necesidad de seguridad de ellos. La disciplina da buenos resultados cuando los adultos son firmes, observadores y afectuosos, nunca si estos se muestran superficiales. La disciplina debe ser firme pero nunca grosera, respetuosa y no hiriente, o sea debe controlar pero nunca lastimar al niño.
· NO queremos que los niños crean que porque deseamos ser sus amigos, ellos podrán hacer lo que deseen. No queremos tampoco que nos tengan miedo. El mundo necesita gente que tenga
coraje y que sea original, no gente TIMIDA.
· La DISCIPLINA depende en gran parte de las habilidades y de las conductas de los adultos, como
también de la capacidad para combinar el afecto y el control. Esto es difícil, pues exige mucho de nosotros mismos. La buena disciplina no es solamente castigar o lograr que las reglas se cumplan, implica también que nos gusten los niños y que ellos se sientan aceptados y queridos por nosotros. El proveerles de reglas claras y apropiadas es sólo para su protección.
· Nuestra conducta y
actitudes afectan la conducta de nuestros hijos. Es posible que los niños se sientan bien, pero empiezan a portarse mal si se les dirige masivamente, o se les grita, en lugar de tratarlos como seres humanos. Los niños imitan la conducta de los adultos y si el adulto es grosero, estos también lo serán.
· La DISCIPLINA no es sólo una palabra, una
técnica o un conjunto de reglas. Se requiere combinar el afecto con el control; además el planear y el organizar muy bien el espacio, como también distribuir el tiempo disponible. El manejo de los niños debe ser gentil pero con autoridad, ofreciéndoles siempre dirección y conductas apropiadas para imitar. Los niños necesitan adultos que tengan autocontrol y en quienes ellos puedan confiar.
· Además, debemos
recordar que el tono de voz, el uso de las manos, los gestos y las acciones pueden contribuir a controlar problemas. Las palabras del adulto también pueden ayudar al niño a comprender sus sentimientos y los de otros.
“Recuerde el que su hijo (a) estudie o NO lo haga, es una
cuestión de REGLAS y de límites, que los padres debemos aprender a manejar”.
c) Poner límites claros y adecuados a la capacidad del niño:
El grado de
autocontrol que tienen los niños depende, en gran medida, de la actitud de los padres. El autocontrol como la tolerancia al dolor se educa. Todos hemos oído casos de niño que a muy corta edad han sido operados en tantas ocasiones que cuando sus padres les dicen que van al hospital cogen su osito y no muestran mayor rechazo. Con la capacidad para tolerar frustraciones y para auto controlar las expresiones de agrado o desagrado sucede lo mismo. Un niño puede haber aprendido que cuando papá dice que no, esa decisión es inamovible, pero también puede saber que se le permitirá gritar, protestar y tirarse al suelo para mostrar frustración sin que nadie le pare los pies. El grado de autocontrol y de tolerancia a la frustración está muy relacionado con la capacidad de la familia para hacer respetar su autoridad. La familia tiene más razones para saber que debe poner límites claros y que sean adecuados a lo que el niño puede ofrecer.
d) Principios básicos para madres y madres que desean
educar bien:
1. Nosotros somos los educadores, la
escuela o colegio sólo complementan.
2. Educar bien es
enseñar a: conocer las propias posibilidades, desear crecer, aceptar nuestras limitaciones y nuestras virtudes de forma sana, es enseñar a vivir.
3. Educar bien es
enseñar a adaptarse a todas las situaciones: buenas o malas.
4. Educar no es proporcionar experiencias buenas y asilarle de las malas. Es ayudarle a
aprender de ellas.
5. Para
educar bien no existen recetas, se aprende de experiencias concretas y luego se generaliza.
6. Educar es una toma de decisiones constante.
7. Nuestras decisiones están muy influidas por cómo hemos sido educados.
8. Ser conscientes de ello ayuda a
educar más sensatamente.
9. Educar bien a mi hijo (a), no es compensarle por loo que nosotros no hemos recibido en nuestra niñez. “Los hijos no nacen con tus carencias ni necesidades, no se las crees”.
10. Debo ser
consciente de lo que me transmitieron cuando me educaron.
11. Debo
educar en el presente con perspectiva de futuro.
12. Una mala
actuación ahora se paga con creces en el futuro.
13. No debo angustiarme. Si no puedo, busco ayuda.
14. Para
educar bien es necesario tener sentido común.
15. Muchas veces necesitamos una
visión objetiva desde fuera.
16. No dudes en pedir orientación educativa aunque el problema parezca pequeño.
17. No existen los superpadres, todo el que te comente que su
relación con su hijo es perfecta, puede ser que necesite aparentar o que no quiere ver los problemas.
18. Nada es lo mismo para un hijo que para otro.
19. Educar bien no es
buscar las mismas condiciones para todos, sino es dar a cada hijo lo que necesita. Hacerlo así no es ser injusto, ayuda a los hijos a crecer aceptando la individualidad de cada uno.
20. Educando voy a
cometer errores.
21. No hay error que no se enmiende.
22. Puedo
rectificar sin perder la autoridad.
23. No importa lo que sucedió en el pasado, si hay problemas hay que “tomar la
situación de inmediato”.
24. Sé positivo. Dile a tu hijo lo que degusta y pon un
límite a lo que no te gusta.
25. Un niño (a) es una
antena parabólica constante. Se entera de todo, lo imita todo. El niño aprende más de lo que ve, que de lo que decimos.
26. El mayor deseo del niño es controlar el entorno.
27. En el
entorno también estamos nosotros. Controlar nuestras reacciones le fascinará, incluso aunque sea a costa de que nos enfademos con él o ella.
28. El niño necesita
libertad conducida.
29. Si nosotros no ponemos límites a su conducta, lo hará él.
30. Nunca debo mentirle. Si le enfrento a aquellas cosas que no le gustan pero que debe aceptar, le preparo para asumir la realidad.
31. Si le miento lo haré un
inmaduro (necesitará que le disfracemos las cosas para aceptarlas) y un inseguro (si no puedo confiar en mis padres ¿en quién puedo confiar?
32. Debo explicarle las cosas (casi siempre) y de forma breve.
33. A veces los niños necesitan un “Porque yo lo digo”.
34. Levantar castigos o
encubrir los errores sólo es sobreprotección. Las personas sólo aprendemos de nuestros errores si vivimos las consecuencias de los mismos. Formamos hijos inmaduros incapaces de enfrentarse a la frustración.
35. El mayor deseo de un niño es que papá y mamá estén pendientes de él.
36. La
atención que le prestamos es nuestra mejor arma. Quién sabe cómo y cuándo prestar atención a su hijo(a) sabe educar.
Todos estos principios se pueden
resumir en el siguiente pensamiento:
· Sé que puedes.
· Por eso te enseño y te exijo.
· Y como sé que te cuesta esfuerzo, te lo reconozco.
e) ¿Cómo aumentar las conductas positivas y eliminar las negativas?
· Tenga en
cuenta que igual que usted como padre – madre puedes modificar la conducta de tus hijos, éstos modifican de forma intuitiva tu propia conducta.
· Las normas deben ser claras, esta bien definidas, y se adecuadas para cada niño según la edad.
· Es importante establecer diferencias entre los hermanos. De otro modo los mayores tienen la sensación de que
crecer sólo trae consigo obligaciones y no tardarán en aparecer conductas regresivas (comportamiento infantil) y, por su parte, lo pequeños no desearán crecer, ¿para qué perder privilegios?
· No es
injusto que un pequeño se quede, por ejemplo, sin ir a una actividad o no pueda recibir una bicicleta hasta tener 3 años más. De este modo deseará crecer y hacerse mayor como su hermano. Hacerse mayor será deseable porque ser pequeño no trae consigo todos los privilegios.
· No pida cosas que el niño o la niña no puede hacer.
· Cuando exija al niño, no actúe de forma contradictoria.
· Sea
coherente en la aplicación de las normas.
· Cuando se produzcan desacuerdos entre los padres sobre la forma de
educar a los niños, nunca se deben discutir delante de ellos.
· Evite
centrar la autoridad en un solo padre – madre.
· No
delegar la autoridad en otro.
· No se desautorice nunca.
· No modifique los castigos (consecuencias) una vez anunciadas.
· No castigue con algo que no pueda cumplir.
· Acostúmbralo a pedir permiso.
· Cuando tengas que poner un castigo: no te alteres, por nada del mundo.
f) Finalmente recuerde:
Los adultos que conviven con el niño tienen que estar de
acuerdo acerca de los límites que debe tener: qué se le permite y qué se le prohíbe. Hay que ser cuidadoso con el castigo, porque si éste no se lleva a cabo adecuadamente, el niño no aprenderá lo que es bueno y malo, no fortalecerá su moral. Tal vez deje de hacer lo que se le censura por temor, pero no por convicción. Lo importante es que el adulto ejerza su autoridad de manera que le dé la oportunidad al niño de aprender algo de la experiencia. Ante un berrinche, por ejemplo, se lo puede ignorar, excluir al pequeño del grupo hasta que se calme, y explicarle que esas son las consecuencias de su acción. Aprenderá a tener más cuidado la próxima vez. Se le puede invitar a que participe en la reposición del daño causado, remendando el libro destruido, el juguete quebrado, el dedo maltratado del hermano y, por último, es importante afirmar que la censura mediante palabras o gestos es a menudo insuficiente para que el niño se dé cuenta de que con su acción ha roto el vínculo de confianza mutua y de solidaridad al hacer algo desagradable a los otros, si existe una fuerte relación familiar.
“Educar a un niño es como
sostener en la mano un jabón. Si aprietas mucho sale disparado, si lo sujetas con indecisión se te escurre entre los dedos, una presión suave pero firme lo mantiene sujeto”.
Elaboración: Máster Natalia
Calderón Astorga.
Consultorio Especializado en Lenguaje y Aprendizaje.


¿Que os parece? Educar a un perro no es tan diferente, en lo que respeta a unos puntos básicos, a educar a un niño. Tanto los perros como los niños son crias de mamiferos de dos especies diferentes, pero al fin y al cabo son eso, mamiferos que se desarrollan en torno a unas pautas de aprendizaje mas comunes de lo que en ocasiónes podemos creer .

Los perros malcriados de hoy en día no lo son porque los tratemos como a niños, no por lo menos como a niños "bien educados" tal vez si como a niños mal educados.

Muchos de los perros que tienen problemas de conducta es debido a una mala educación pero no a que sean tratados como niños,

creencia esta demasiado extendida hoy en día

jueves, 24 de enero de 2008

DIEZ COSAS QUE DEBEMOS SABER ANTES DE EMPEZAR A EDUCAR

-DAR MUCHO CARIÑO

-IMPARTIR DISCIPLINA que no significa ser un tirano dominante.

-SER CONSECUENTES Y CONGRUENTES si elegimos una orden que sea siempre la misma (para poder enseñar al perro primero debemos de aprender nosotros, para poder establecer unas pautas al perro primero debemos establecérnoslas a nosotros mismos) al mismo tiempo si tomamos una decisión en cuanto a los hábitos de nuestro amigo debemos de ser firme y mantenerla a lo largo del tiempo (toda la familia) es decir, si decidimos que al perro no se le va a dejar “mendigar” no “premiemos” esa conducta, no le demos comida mientras comemos, si no te molesta que “mendigue” adelante, deja que lo haga, es una decisión que debéis tomar en familia, pero una vez tomada la decisión debéis ser firmes y constantes de lo contrario le estaréis enseñando lo vulnerables y fáciles de convencer que sois, le estáis mostrando una cara que el tendrá en cuenta en otras ocasiones , educar una cuestión de actitud.

-SER JUSTOS si no somos justos con ellos, lo saben.

-NUNCA LO SUBESTIMES, te conoce mejor que nadie, te observa, no ve la televisión, no hace tareas domesticas, no trabaja, no tiene nada que hacer en todo el día salvo jugar y observarte. Un pequeño desprecio, una orden mal dada, una flojear en nuestra rutina educativa, y ahí esta EL acechando, se dan cuenta de todo!!!

-CONFIANZA MUTUA, tu perro debe de confiar en ti plenamente al igual que tu debes poder confiar en él. No lo engañes ¿te crees que no se entera? Recuerda, nunca lo subestimes. Tu perro debe de poder entrar en el veterinario tranquilamente, porque te obedece y confía en ti, debe de dejar que le cures una herida sin oponer resistencia. Puedes engañarle un par de veces, pero esa táctica se volverá contra ti, vale la pena invertir un poco de tiempo para enseñar a obedecer.

-ORDEN DADA ORDEN CUMPLIDA. Cuando le digas a tu perro que haga algo (que se siente, que venga, que se vaya, que suelte) tiene que hacerlo, si dudas sobre si cumplirá una orden NO LA DES, sería un fracaso tuyo y una victoria de él, ahora ya sabe que eres débil de mente y que si gana una vez puede ganar dos. Hay que ser mas terco que ellos.

-EVITAR TRAUMAS, mordeduras de otros perros mayores, tirarlos al agua, hay que ir habituandolos a las cosas poco a poco y sin forzarlos en exceso, nuestra arma es siempre el refuerzo positivo.

-COMPARTIR TIEMPO, jugad , no os limitéis a tenerlo en casa como un adorno al que pasear tres veces al día y alimentar, cuanto mas tiempo compartáis mas se reforzará vuestra relación. Usaremos este tiempo y el juego para impartir la obediencia básica.

-ENTIENDELO, te observa y fruto de esa observación te conoce, te entiende (tus gestos, tus palabras, tu mirada) trata de comprenderlo y conocerlo y, al igual que él hace con nosotros, perdónale un mal día.

jueves, 10 de enero de 2008

TRABAJO A TIEMPO COMPLETO

Educar a un perro requiere mucha paciencia y mostrar una actitud predeterminada en todo momento. Educar puede resultar trabajoso mas que nada por que debemos de mantener nuestro papel de educador las 24 horas del día, por eso es un "trabajo a tiempo completo".

Es cierto que el perro aprende pronto, incluso sin que nosotros le enseñemos, en ocasiones ni siquiera nos damos cuenta de lo que hacemos, hay muchos propietarios que manifiestan que nunca le han enseñado a sentarse a su perro pero sin embargo sabe hacerlo. Todos somos capaces de aprender sin que nos enseñen. De forma inconsciente premiamos al perro cuando de forma innata muestra un determinado comportamiento, por ejemplo un perro que se sienta (simplemente porque esta mas cómodo) mientras nosotros comemos y recibe un trozo de comida (refuerzo positivo) aprenderá fácilmente a sentarse para mendigar comida. Posteriormente le pondremos nombre a ese comando y cada vez que le mostremos comida y se sentará, realmente no le hemos enseñado, simplemente el acto de sentarse de forma natural se vio reforzado por un premio en forma de alimento.

A diario de forma inconsciente actuamos de forma similar, reforzando conductas del perro que en unos casos son beneficiosas para nosotros y en otros casos no lo son tanto.

Por eso debemos de ser "educadores a tiempo completo" debemos de medir cuidadosamente nuestros actos, sobre todo durante primeros años de vida de nuestro amigo.


Vamos a formarlo, vamos a enseñarle a obedecer, vamos a imponerle una disciplina y unas normas de convivencia (al igual que nuestros padres hicieron con nosotros y al igual que sus padres harían con ellos).

De nada nos vale dedicar unos pocos minutos al día para enseñarle a que se siente, que se acueste, que se quede quieto si luego es él quien decide cuando hacerlo. Un fallo (una vez que nuestro perro ha aprendido a sentarse), que cometemos a menudo por no tener en cuenta que somos "educadores a tiempo completo" consiste en estar por la cocina o comiendo y nuestro querido amigo se sienta sin que nosotros se lo hayamos pedido y entonces........... refuerzo positivo, le damos un trozo. ¿Que ha sucedido? Sencillamente que él ha decidido cuando sentarse, cuando tener su premio esta actitud es totalmente contraproducente y un gesto tan simple marca la diferencia entre el perro que sabe sentarse y el perro que obedece a la orden de sentarse.

Lo que debemos de hacer en este caso, es no darle cuando él lo pide (se sienta sin que le mandemos) y en todo caso si queremos darle debemos decirle que se levante y mandarle volver a sentarse en otro sitio, de esta forma el premio lo recibe por obedecer.

A la hora de educar no es tan importante lo que hacemos sino como lo hacemos.

La etología es la rama de la Biología que estudia el comportamiento animal en su entorno, comprende campos que van desde la genética del comportamiento hasta la ecología del comportamiento. La etología canina y su aplicación en modificación de la conducta canina debe de aplicarse en base a un rigor cientifico por expecialistas en este campo. *La diferencia de mente entre el hombre y los animales superiores, tan grande como es, ciertamente es de grado no de tipo.- Charles Darwin (biólogo).